Castillo de Monasterio
¿quién fue el que te destruyó?
Fue el castillo de Burgos
porque pudo más que yo...
Por estos mismos parajes cruzaba la calzada romana que, tanto desde Aquitania como desde Zaragoza, se dirigían unidas hasta la antigua Artúrica, hoy Astorga. Por aquí, dicha calzada salvaba los repechos de la brújula, que divide las cuencas del Ebro y del Duero. Precisamente muy cerca de este lugar se halla una meseta donde se han encontrado vestigios de la romana ciudad de Tritium, que cita Antonio en su itinerario.
En lo alto de las rocas, se divisan las ruinas de un castillo, que levantara el conde Don Gonzalo Rodríguez en la primera época de la reconquista. El monasterio, que colonizaría a todo este valle, pudo estar en lo que hoy es la iglesia parroquial de Santa Marina y que ya existía en el S.X. De hecho en la referida iglesia se encuentran vestigios visigóticos, que pudieran pertenecer al mismo.
El castillo de la localidad se encuentra ubicado sobre una impresionante peña rocosa desde la que se contempla una espléndida panorámica de la comarca de La Bureba. La fortaleza aparece nombrada por primera vez en un documento del año 1011, aunque seguramente fue erigida más de un siglo antes. Con la muerte de Sancho III el Grande toda la Bureba pasó a ser territorio de Navarra hasta la batalla de Atapuerca en 1054, año en el que los navarros abandonaron la fortaleza y la comarca retornó a Castilla. En el siglo XIV el castillo formaba parte de las propiedades de los Velasco, pero tal vez por su ya escasa importancia estratégica a partir de este siglo sufrió continuos cambios de dueños.
Actualmente apenas se conservan las ruinas de su torre y los cimientos de su perímetro, así lo explica la copla del pueblo que transcribimos arriba.
Mas tarde, en el siglo XI se constituyó en un priorato dependiente de la poderosa abadía benedictina de Oña, como tantos otros en la región. Y en el siglo XII, cuando se construye la actual iglesia, ermita tal como podemos contemplarla en la actualidad.
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